Por casualidad este finde (aparte de liquidarme las temporadas de las series de DC) miré dos películas italianas, ambas de bajo presupuesto, y ambas con un actor en común:
THE BROKEN KEY (2018)Un intento de hacer una versión algo metafísica y esotérica de El Código Da Vinci, dirigida por el hijo de Franco Nero, protagonizada por cuatro actores italianos que están muy mal doblados al inglés como tomarlos en serio, y una sucesión de veteranos (Rutger Hauer, Christopher Lambert, Geraldine Chaplin, Michael Madsen, Daniel Baldwin, y el propio Franco Nero) en papeles secundarios. Mal editada, con muchos efectos que se ven baratos pero prolijos, es para verla una vez. Y la otra..
DRACULA (2012)En algunas partes se ven sesgos de lo que pudo ser una buena película. Tiene escenas muy buenas, y otras... digamos que no tan buenas. Se nota que hubo esmero para escribir el guión (se ven detalles del libro), un buen trabajo de los 2 actores principales (Kretschmann es un buen Drácula, y Rutger Hauer es un muy buen Van Helsing), un esfuerzo de Asia Argento (la considero una muy mala actriz con un muy buen par que por algo siempre muestra), y un reparto medio pelo (reluce la rubia Miriam Giovanelli mostrando siempre que puede "lo que Dios le dió"). Pero Argento no termina de encaminar la historia para ningún lado (al principio parece el Drácula de la Hammer, luego el romanticón de Badham y Coppola) y así la película termina siendo flojita, por no saber bien lo que quiere.
Como detalle: tanto Thomas Kretschmann como Rutger Hauer encarnaron tanto a Drácula como a Van Helsing. El alemán encarnó al científico en la serie que hizo Johathan Ryhs-Meyers hace unos añitos, y el holandés fue el conde en "Dracula III: Legacy", la segunda secuela que nadie se enteró que existía de "Dracula 2000".